Es correcto afirmar que las experiencias que hemos vivido son lo que nos hace la persona que actualmente somos. Así como Heráclito decía que es imposible bañarse dos veces en el mismo río, yo considero que es imposible ser la misma persona todo el tiempo, con esto quiero decir que la persona que soy el día de hoy es muy diferente a la que fui ayer y a la que seré mañana.
Puedo decirles que la Mariana del pasado jamás se hubiera imaginado estudiando Relaciones Internacionales en la UDLAP cuando tenía una vida en el campo de la danza asegurada, probablemente se veía estudiando danza en el Julliard de Nueva York y posteriormente trabajando en el Millenium Dance Complex en Los Ángeles junto a Camillo Lauricella, Nick Bass y otros grandes coreógrafos... Sin embargo a veces los sueños se quedan en el sólo eso: sueños.
A pesar de haber amado la danza desde que tengo memoria, el amor a las relaciones internacionales tuvo que ir surgiendo poco a poco. Mientras la danza era algo así como un jardín casi perfecto, las relaciones internacionales fue como empezar a cultivar un jardín desde cero. Recuerdo haber leído en un libro la frase “Love doesn't need perfection, love needs participation and effort” y a pesar de que es una frase que normalmente se aplicaría para amor entre personas, yo la aplico con las RI. Me tomó un tiempo, pero después de haberme estado presionando a mi misma empecé a poco a poco irme enamorando de la que actualmente es mi carrera.
Por supuesto que cada que tengo tiempo (y no me duele mi lesión) me gusta bailar, ya que es mi propia manera de decir todo lo que no puedo con las palabras, de sacar todo mi enojo o estrés, de dejar que el cuerpo hable por sí mismo. Pero así como disfruto la danza, puedo pasar,e horas leyendo libros sobre protocolo e inteligencia, escuchar a mi papá hablar sobre lo que está sucediendo en éste mundo global, ver conferencias, etc.
Gran parte de éste salto siento que se debe a la voluntad y es necesario experimentar varias con varias cosas, no puedes afirmar que algo no te gusta si no te has dado la oportunidad de probarlo con anticipación: no te predispongas porque, verdaderamente, la mente puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga.
